Cuando tengo que ofertar una página web a veces me encuentro con que el cliente demoniza los precios porque cree erróneamente que una web de calidad media puede llegar a costar menos de 100€.
Resulta fácil encontrar "amateurs" que se ofertan por esa cantidad (y entregan un trabajo mediocre, inacabado, "ilegal",...) o incluso más fácil encontrar empresas que prometen precios así (algunas hasta se anuncian en TV).
No es mi intención criticar a nadie y está claro que el que quiere duros a cuatro pesetas tiene excelentes alternativas. El problema es que muchas veces no se sabe lo que se está comprando y se confunde una página web de "todo a 100" de una profesional, semi-profesional o mínimamente funcional y útil. Y claro, uno crea su web de "todo a 100" con toda la ilusión del mundo, pensando que ha hecho el negocio del siglo, y al final todo acaba en fracaso frustrado y confuso.
Esto es parte de lo que suele ocurrir cuando se adquiere una web de "todo a 100":
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